20060210

Artículo de Marcos González (1975)

Amaure González Un Valioso Educador


Difícilmente se repiten casos de hombres tan versátiles como el de Luís Amaure González. Puede decirse que en él se conjugaron factores diversos, que fueron desde una preparación académica, que no fue aprovechada en varias de sus múltiples facetas.

Sobresalir en las ciencias como lo hizo Amaure, es darse por satisfecho en alto grado. Dominar con propiedad física, química, francés, biología, literatura, pedagogía, geografía, historia, etc., y hasta dos profesiones artesanales, dice bastante del bagaje cultural de un educador.

Para Amaure, pasar en el ejercicio de lo docencia de una asignatura a otra, no era problema en absoluto. Pero sólo quienes lo conocimos y quienes fueron sus alumnos asentiremos sobre este juicio y más sobre la profusión y profundidad de sus conocimientos. Su formación autodidacta era realmente envidiable. Su vinculación con las artes, particularmente la música clásica en sus variados aspectos de obras, compositores, orquestación, y su afición por los deportes, acrecentaron su formación.

Agréguese a esto su dominio didáctico, no sólo en aquello que se concentró en los técnicas de enseñanza, si no ese poder persuasivo que lleva al alumno a mirar con optimismo el material del proceso ante sus ojos, más si va acompañado de la humana bondad.

Por otra porte, Amaure fue un gran investigador. Esta fue otra de sus facetas, quizá ignorada por muchos. Consultar a Amaure, era encontrar una rica fuente de información. Su memoria privilegiada lo ponía a uno en contacto vivo e inmediato con los hechos recientes o del pasado, con el más mínimo detalle. Bolivariano ciento por ciento, enaltecía nuestra epopeya, adornado siempre del sabor natural o de la anécdota curiosa, colocando al héroe y a los demás superhombres universales no en el sitial divino, sino sobre el barro pisoteado por si mismos o por los briosos corceles a través de las gestas emancipadoras.


Si Amaure enseñó literatura y ciencias sociales, sus alumnos de seguro nunca se aburrieron, será inolvidable para quienes oímos sus disertaciones en las veladas de entrenamiento del Centro Cultural Pedagógico de nuestra antigua Escuela Normal Federal, sobre la Historia de la Conquista o de personajes de lo literatura, salpicando los relatos con ese fino humorismo, cuando no con la punzante ironía que tan oportunamente manejaba.


Amaure fue poeta, con dominio fundamental del género satírico. Vale la pena recopilar su producción.
Fue Amaure un gran cumplidor de u deber. Su entrega a la profesión, ya en los cargos directivos o simplemente en la docencia, merece mención especial, más cuando por contraposición se haga referencia a la quiebra de valores en este particular de la educación. No en balde prácticamente la muerte lo sorprendió en su lugar de trabajo.


Pero hay algo más que agregar a este breve bosquejo de su valiosa personalidad. A su multiplicidad de valores habría que sumarle algo que enaltece al hombre y en este caso al educador, su gentileza, su sensibilidad, su sencillez y su culto a la amistad. Con razón la muerte de Amaure fue un duro golpe pro todos quienes lo conocimos, desde los diferentes estratos de nuestra sociedad